En una isla hay 100 habitantes. Todos ellos tienen o bien ojos azules o bien ojos marrones. Todos ven el color de los otros, pero no el color propio. Está prohibido hablar entre ellos de ese tema. No hay espejos ni trampas posibles. Eso sí: hay una ley en la isla que establece que si alguien “descubre” que tiene ojos azules, tiene que abandonar la isla inexorablemente a las 8 de la mañana del día siguiente. Todos los pobladores tienen la misma capacidad para razonar y todos son capaces de usar una lógica impecable.
Un día, una persona
llega de visita a la isla y, mientras, los mira a todos, dice: “¡Qué
bueno es ver al menos una persona con ojos azules después de tanto
tiempo de estar en alta mar!”
La pregunta del
acertijo es: ¿qué consecuencias trajo esta frase entre los
habitantes de la isla? Es decir, una vez que los pobladores
escucharon al visitante decir que había al menos uno de ellos que
tenía ojos azules, ¿qué crees que pasó después?